CAMBIO DE PAPELES

Un difícil problema y una más que difícil solución han hecho que este fin de semana cambiara papeles con otra persona. Durente mucho tiempo he sido yo la que iba en el asiento del copiloto, he sido yo a la que venían a recoger, he sido yo la que dependía del otro para transportarme.

Pero, por caprichos del destino, estos días pasados me he convertido en HOMBRE. Un HOMBRE que está dispuesto a ir al fin del mundo por quien quiere, un HOMBRE que agradece todo lo que hacen por él, un HOMBRE que supera -o por lo menos intenta- superar las adversidades que se cruzan en su camino, un HOMBRE que quiere recuperar la sonrisa y la magia...

CANSANCIO, ESTÚPIDO CANSANCIO.

Definitivamente no puedo seguir este ritmo. Mi cuerpo no puede y mi mente tampoco. No me gusta estar trabajando y estudiando al mismo tiempo y cuando veo a mi novio estar tan cansada que tener que quedarme en casa. A veces pienso que soy tonta, ¿ porqué no disfrutar de la vida y meterme en trabajos absurdos que lo único que hacen es aumentar mi debilidad?, no sé por qué, pero siempre hay una razón que sustenta la negación a la pregunta.

Me pregunto si vale la pena, si en un futuro podré vivir así, si esta impotencia de querer hacer y no poder por culpa del maldito cansacio es pasajera, o se convertirá en permenente. No sé si estoy capacitada, físicamente no rindo y mentalmente me planteo que pueda rendir. Tendrán razón aquellas personas que me dicen que es demasiado, que mi cuerpo no aguanta, que soy débil... Puede que la tengan.

La verdad es que estoy muy cansada, asqueada, harta, débil, sin ganas, sin fuerzas. Sin fuerzas para todo lo que viene, para estos dos meses agónicos, me atrevería a decir, en los que hay que estar al 100% para poder disfrutar de un gran viaje en cuanto acaben.

Lo aguantaré?. Esa es mi gran duda.