25 marzo, 2007

EL EMBRUJO DE LA LUNA


Dicen que la luna es mágica, dicen que te hechiza cuando levantas la mirada para observarla, dicen que hay alguien en ella que te observa, dicen...

Hay gente que cree lo que dicen, y otra mucha que no cree en su poder. Yo no sé que es cierto y que no, pero aseguran que su embrujo afecta a los humanos, a su estado de ánimo y a su estado físico. Estudios norteamoericanos han comprobado que la luminosidad de la luna afecta al comportamiento humano, que sus ciclos son los responsables de la duración de la menstruación, que hay más nacimientos en plenulio y que los médicos atienden más casos...

Una mayor tasa de nacimientos en la última fase previa a la luna nueva.
Su fase menguante precipita la ovulación, lo que da lugar a más embarzos.
Hay mayor número de delincuencias en luna llena, al mismo tiempo que se producen menos accidentes de tráfico porque se ingesta menos alcohol en esta fase.

Hay estudios que afirman esto y otros que avalan una teoría totalmente contraria...

Dicen que la luna, rodeada de estrellas o envuelta entre nubes te arranca una sonrisa siempre que la miras...

4 comentarios:

Pablo Martín Lozano dijo...

Yo soy de los que creo en el embrujo de la luna y siempre que puedo me dejo embaucar por su poder. En sus ciclos están la respuesta a muchas cuestiones. Es la medida de tiempo del Universo.
Y tanto que nos afecta...
Besitos.

laurita dijo...

estoy de acuerdo. Además es maravilloso quedarse mirándola. Yo podría pasar horas y horas... besits

Joan Miquel Viadé dijo...

Hace unos días publiqué un pequeño artículo sobre la energía lunar y cómo podemos utilizarla. LA luna nos sincroniza con nuestra parte biológica.
Al margen de eso (tan técnico), la luna es un maravilla en cualquier momento, lugar y circunstancia. Una especie de mecedora para nuestra mirada... Que se puede quedar clavada en su luz entre plata y ambarina durante horas.

Anónimo dijo...

yo tambien creo en su embrujo deleitandome con su compania, saben que ella sabe mas de nosotros que uno mismo, de nuestros deseos, aspiraciones y todo nuestro inconciente, rigue en las emociones